DOS MIL ONCE RAZONES

Nuevo año, nueva vida. Eso es lo que se suele decir, en estas fechas. El cambio de año suele servir a la gente para empezar de otra manera, para cambiar las cosas que no les han gustado del pasado e intentar poner en práctica aquellos propositos que quieren cumplir. Ese no ha sido mi caso, no he pedido empezar de cero ni me he propuesto cosas nuevas. En resumen, pretendo seguir como hasta ahora, y para ello he visto necesario hacer balance del año que acabamos de terminar. Un 2011 realmente cargado de emociones.

Para empezar este balance de dos mil once, la verdad, quiero pedir perdón de entrada por si me olvido de algún momento que no debiera, o de alguna persona que merecía estar aquí, pero hay mucho, y no me cabe todo, asi que...

2011 ha sido un año cargado de emociones, grandes sensaciones que han hecho de este, sin lugar a dudas, mi mejor año. Un año de novedades, cambios de ciclos e inicios de nuevos. Uno de esos ciclos que se ha cerrado ha sido el del Sagrado Corazón, en apenas dos años he conocido a gente sensacional, capaz de entrar muy dentro en apenas meses. El Sagrado para mí ha significado mucho, y no pensaba, que fuera así. Empezando por el haber pasado segundo de bachiller y la selectividad y acabando por esas grandes fiestas en Mallorca. Todo, y todos me han llegado, mil gracias. Aquí me he sentido muy querido, y he crecido como persona, la unión del grupo ha sido increíble, y si ahora soy como soy, en parte es por ellos. Querría hablar de las grandes fiestas con ellos (Spring Festival, Mallorca) pero, hay lagunas importantes... Así que, acabaré diciendo que, ellos, esto, ha sido y han sido muy grandes.

Otra razón muy importante para que este año que ha acabado haya sido tan grande ha sido el Junior Foc Verd. Sí, este ciclo aún durará unos cuantos años dentro de mi vida, o eso espero. Foc Verd es una de las razones por las que me levanto cada mañana con ganas de seguir, y eso, lo he conseguido en 2011. Me explico, el año pasado empezamos (mi grupo y yo) una nueva etapa dentro del movimiento, llegaba la etapa de ser responsables y responder a lo que se esperaba de nosotros, tocaba educar. Era un reto que tenía muchas ganas de aceptar, y aparte de educar a mi grupo de niños, espero haberlo hecho bien, ellos me han educado a mi. Si anteriormente decía que en el Sagrado he crecido como persona, en Foc Verd he madurado exponencialmente, no sólo he ganado en responsabilidad, si no que, el tener que preocuparme de enseñar a los nanos unos valores me ha hecho comprender la razón de porqué estoy aquí metido. El reto no me ha asustado, y conseguido encontrar muchos aspectos de mi vida que aún no había, ni siquiera buscado. Mil gracias también a todas esas personas que forman parte de esto.

Por último, y no menos importante, abro un apartado para hablar de dos personas significativamente especiales para mi en este 2011. Dos personas muy diferentes entre ellas pero que me han hecho disfrutar mucho este último tramo del año. De ellas, más que de nadie, me acordaré cuando recuerde este 2011, por muchos motivos, pero sobre todo por ser capaces de sacarme una sonrisa en los momentos en que sólo ellas dos podían. Han sido tremendamente grandes, y no podían faltar en este balance del año, ya pasado. A las dos las recuerdo por canciones, palabras o sitios. Sinceramente gracias. Podría haber elegido otras palabras, pero a veces, éstas no son las adecuadas y no puedes explicarlas de otra manera.

Mención especial se llevan esas personas que siempre están ahí, no hace falta que os nombre. Lleváis mucho tiempo siendo parte fundamental de los epígrafes de todos los años.

Y a este 2012 que empieza, bueno, pedirle lo de siempre, que el nuevo ciclo que ha empezado, siga igual que hasta hora, que no es poco. Me faltabais los compañeros de la Universidad (o de los Quintos). Nada que decir chicos, seguro que en los siguientes epígrafes estaréis metidos. Os lo aseguro, por que esto pinta muy, pero que muy bien.

Dos mil once millones de gracias.

vint-i-tres.