jueves, 22 de septiembre de 2011

TODOS LOS DÍAS SALE EL SOL

"Subiendo pa' abajo, bajando pa' arriba, buscando imperdibles que tú no querias, que agusto en tu colchón, bañado en sudor..."

Así empieza la canción de la que me he enamorado, una rumbita de Bongo Botrako a la que le debo la felicidad de la última semana. Empezando por que el bueno rollo impregna cada nota, cada acorde y cada palabra de esta canción y siguiendo, por que el titúlo no puede ser más optimista: "todos los días sale el sol", y si además le añades una palabra que, como bien dice la canción, le de color como es "chipirón", el resultado es increíble.




Encima de que es una oda a la vida, al "carpe diem" y al buen rollito,  es la canción con la que la Selección de Baloncesto se motivaba antes de cada partido del Eurobasket de Lituania del que salimos ganadores.

Y tiene toda la razón del mundo. Esta canción insipirada en una pintada en Granada, nos muestra que, en efecto, la vida está para vivirla, para disfrutarla. La vida es un regalo magnífico que no se aprovecha nunca del todo. Es cierto que hay momentos de bajón y de tristeza, pero hay que ser fuertes y salir adelante. Olvidarse de estos momentos es necesario para que salga el sol en nuestra vida.

Disfrutar de los pequeños placeres, enamorarse, perderse con los amigos, un domingo en familia... Aprender que la felicidad no está en los que tenemos o dejamos de tener, si no en lo que nos rodea y en como lo aprovechamos, en saber disfrutar de lo nuestro y apoyarse en quienes nos quieren. Todo esto significa la canción de Bongo Botrako, porque todos los días sale el sol en nuestra vida, aunque no nos lo creamos, simplemente hay que buscarlo, no vale quedarse quieto esperándolo...

Porque, preguntate "que vas a hacer hoy pa' darle color, hey chipirón, todos los días sale el sol, chipirón, todos los días sale el sol, chipirón, todos los dias sale el sooooooool".

vint-i-tres.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

VUELTA A LA RUTINA

¡Por fin! Ya tenía ganas de volver a la rutina. Sí, parece increíble pero me apetecía, era una sensación extraña que me estaba invadiendo poco a poco durante estos últimos días. El caso es que la montaña ya me asfixiaba, ¿un poco contradictorio no?, pues sí, ya me cansaba, necesitaba volver otra vez a Burjassot, y con la vuelta a mi casa, la vuelta a la rutina.

Una rutina incompleta, aún no he empezado las clases, pero poco a poco voy volviendo a la normalidad. Levantarse "pronto", tampoco queremos morirnos de sueño a mitad mañana ¿no?, vestirse por fin de persona, tenía ganas de dejar atrás el bañador y ponerme zapatillas... Vuelta a salir por la calle, ir a comprar, ir a hacer "recaos", vuelta al Junior, y además empezar a ensayar la obra de teatro. ¡Por fin!

Aún me queda una semana para empezar las clases, estoy impaciente, todo sea dicho. He de volver poco a poco a la normalidad de antes del verano. Tengo un plan, y es ir poco a poco... Levantarse cada día un poco más pronto, volver a hacer deporte progresivamente, acostumbrarme a los horarios del resto del año, etc. En definitiva, ir volviendo a la rutina y al día a día "poquet a poquet".

Esto es un poco contradictorio, ya que no tardaré en escribir diciendo que me he cansado ya de estudiar y de ir a la universidad, que ya está bien de preocuparme por unos niños pequeños y de tener que estar buscando campamentos o preparando actividades. Ansioso por actuar al fin y dejar los ensayos de una vez, y harto de hacer "recaos" para la mamá... Puede que ese día llegue y no dentro de mucho, pero hasta que llegue, bendita sea la rutina.

vint-i-tres