En los últimos tiempos hemos estado oyendo miles de noticias relacionadas con el mundo del deporte - o fútbol- en las que se informaba de los tremendos sueldos de algunos deportistas endiosados por la opinión pública. Sueldos que los altos directivos pagaban e incluso mejoraban sólo para que el personaje en cuestión, se ganara a los aficionados y le hiciera ganar grandes cantidades de dinero vendiendo camisetas...
Tampoco es necesario ponerse tan melodrámatico, cierto, pero también lo es que durante este inicio de curso, varias de las grandes ligas deportivas del mundo se han visto involucradas en procesos de huelga, tales como la LFP -o liga BBVA-, la Calcio o la NBA - dónda también aparece el banco vasco-. En algunas de ellas, el sindicato de jugadores y la liga consiguieron solventar el escollo y seguir adelante con las jornadas de partido, cancelando sólo una de ellas o ninguna;en otras, la situación cada día es más díficil de resolver. En la National Baskestball Asosiation, ya se han cancelado más de cincuenta partidos, es decir, casi un mes completo de competición, y las pérdidas gananciales se cuentan ya por miles de millones.
El mundo del deporte cada vez se parece más al de las finanzas, más preocupados por enriquecerse a toda costa, y tener las máximas estrellas posibles en tu equipo. Hasta un acontecimiento tan importante como la Copa Mundial de la FIFA, se ha influenciado de esta dinámica, ¿¿a quién se le ocurre llevar un Mundial a Qatar, cuando no hay ni estadios construidos??. Los amigos de Blatter afirman que es una estrategia para "ayudar" a democratizar el país y llevar la pasión del fútbol allí, de la misma manera que los JJOO en Pekín...
Pero, la gran parte de culpa del deporte tal y como lo conocemos hoy en día, es de los aficionados. Nosotros, que adoramos y endiosamos a los jugadores cuando hacen ganar al equipo una copa en tan sólo una jugada y somos capaces de humillarlos e insultarlos porque se les a escapado la pelota. Los jugadores no son más que simples marionetas en manos de la opinión pública, porque, acaso, ¿¿no es capaz un peridódico de tirada nacional de destituir un entrenador sólo porque no le ha ganado al rival??, ¿¿ no es capaz un directivo de cambiar una decisión sólo porque nosotros le pitamos hasta que acierta con la tecla?? Realmente, hemos de reflexionar sobre esta delicada situación en la que se encuentra el deporte hoy en día...
Hace escasos días, la Asociació de Penyes del València C.F. emitía un comunicado expresando su profundo malestar por los resultados europeos del equipo, pero sobre todo, por la falta de compromiso, ganas y honor de algunos de los jugadores, los mismos que cobran millonadas por ponerse una camiseta que no sienten y a la que tienen que besar cuando, los mismos que han emitido el comunicado se lo piden. Los jugadores, al igual que los directivos y el público, han perdido los valores que caracterizaban los deportes hace apenas unas décadas, cuando se aplaudia al contrario por realizar una jugada magistral.
El deporte es pasión, es fiesta, es hermandad, compromiso, amor por una camiseta, devoción a unos colores, esfuerzo, trabajo, sudor, humildad, ... y hoy esos valores se han perdido, se ven en los estadios contadas ocasiones, pero, por suerte, aún se ven. El mejor ejemplo de ello es el Levante U.D. que no necesita sueldos escándalosos ni cracks mediáticos en sus filas para desplegar un juego casi brillante y alegre y encima ganar para ser líderes de "la mejor liga del mundo". Humildad, sacrificio y trabajo en equipo son las normas que rigen su patrón de juego.
Es cierto, el deporte se encamina hacia un futuro incierto, puede ser deplorable o glorioso, no se sabe, lo que sí se, es que hoy, estaré pegado a la televisión alentando a mi equipo, para ver, si con la devoción y la pasión por mis colores, veo ganar y, que al menos, me alegre la vida hasta el siguiente partido... y esa si que es, la grandeza del deporte, y si no lo creeis, pensad por un momento en aquel glorioso verano del 2010....
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