jueves, 28 de junio de 2012

THE RING OF THE KING

Han sido muchos lo que le han criticado, han sido muchas las ilusiones y esperanzas depositadas en él. Muchos años, meses, temporadas y partidos para conseguirlo. Alguno de éstos últimos de leyenda, de récord, al alcance de unos pocos, muy pocos. Tras nueve años en la mejor liga del mundo, y tras varios intentos sin éxito, al fin, LeBron James es campeón de la NBA. Tras una semana de la consecución del ansiado título, analizo lo que representa este anillo.

Hace justo un año, Miami, y en especial LeBron, habían sido humillados por Dallas Mavericks tras perder Las Finales de la NBA con un 4-2, que levantó muchas críticas al juego de LeBron, culpándole de perder el anillo, ya que éste desapareció totalmente de la serie. Un duro golpé que levantó al "King", y que sirvió para despertar a un nuevo James, nunca visto en la liga. Me explico, a pesar de seguir con unas estadísticas descomunales en la Regular Season, que le han valido el MVP -el tercero de su carrera, igualando a Magic, Bird y Moses Malone- se ha visto un LeBron más maduro, sin tonterías ni burlas en la cancha, centrado en su juego y siendo el líder indiscutible de Miami Heat. 


Con la llegada de los Play-Offs llegaba también el tiempo de la redención, el tiempo de sacarse esa espina, cada vez más grande, clavada. Y es que los Play-Offs son para los grandes jugadores, y LeBron ha demostrado todo lo que es, hasta ahí todo normal, ya que sus post-temporadas solían ser brutales, pero como anteriormente he nombrado, LeBron esta temporada ha dado un paso al frente, demostrando que es el mejor y que ha subido un nivel en su juego, y es que, hemos visto al mejor LeBron hasta la fecha. 

Con la lesión de Chris Bosh la zona de Miami quedaba vacía, huérfana, y en la serie contra Indiana se preveía fundamental. LeBron surgió como "4" provisional, defendiendo a Granger (alero), David West (ala-pívot) y en ocasiones a Roy Hibbert, el "center" del equipo. Pero, eso no valía para ganar la serie. Indy dió la sorpresa y ganó en Miami y en Indiana, dando la vuelta a la serie, ahora bien, en el cuarto partido, en casa de los Pacers, LeBron salió al rescate de los suyos, protagonizando una de las mejores actuaciones de los Play-offs en la historia de la NBA con 40 puntos, 18 rebotes y 9 asistencias, siendo el jugador decisivo del partido, justo cuando  los Heat más lo necesitaban. Empezaba a demostrar que algo había cambiado, ya no se asustaba en los partidos decisivos. Miami ganó la serie, y LeBron, con la ayuda de Wade, empezaban a callar a muchos "haters", sin Bosh habían pasado. Pero ojo, les esperaban los "viejos" Boston Celtics. 


La última parada antes de Las Finales, y aparentemente fácil. Boston llegaba tras dos eliminatorias a siete partidos, y con varias bajas que "igualaban" la ausencia de Bosh, pero si algo tienen los célticos es su orgullo, su casta y su experiencia. Y de esta manera, con dos victorias en su casa empataban la serie a dos. En el quinto partido, y tras otra exhibición de Garnett, Rondo y Pierce en el American Airlans Arena, los de verde ponían contra las cuerdas a unos Heat que sólo tenían a LeBron de manera regular, el resto, incluidos Wade, el aún renqueante Bosh, Chalmers o Battier no habían demostrado aún en la final de conferencia. En el sexto y decisivo partido en el TD Garden - Boston - LeBron volvió a salir al rescate de su equipo con otro partido legendario, sólo al alcance de Wilt Chamberlain y Michael Jordan, con 45 puntos y 15 rebotes. Sólo dos personas antes habían conseguido anotar 45 o más puntos en casa de los Celtics en Play-Offs: Jordan, y sí, LeBron James en 2008. Otra vez demostraba que este año, había cambiado.

El séptimo partido de la serie, en Miami se decidió en los primeros del último cuarto, donde la figura de LeBron volvió a ser decisiva con un triple desde 8 metros, que engrandaba un parcial dónde la figura de Bosh fue la más importante. Los Heat, un año después habían vuelto a Las Finales de la NBA. Les esperaba OKC -para muchos los favoritos- y Durant, estaba todo servido para que empezará el espectáculo. Y vaya que si lo hubo, tras la derrota del primer partido Miami no volvió a ceder ningún partido más, llevándose así cuatro victorias seguidas, ganando la serie en casa y celebrando por todo lo alto la consecución del segundo anillo de la franquicia y el primero de "the Choosen One". ¿Y qué hizo James en esta serie? Pues salirse, seguir lo empezado en Diciembre, liderar al equipo, "apagando" a Durant y siendo el líder de su equipo en puntos, rebotes y asistencias con 28'6 puntos, 10'2 rebotes y 7'4 asistencias - sólo antes lo había conseguido Magic Jonhson- que le valieron para ser nombrado MVP de las Finales. De esta manera James conseguía aquello que tanto le había costado, aquello por lo que había peleado desde hacía nueve años, además, había sido el líder, el mejor jugador dejando atrás los fantasmas de la presión en los momentos decisivos. Eso era cosa del pasado ya. 

Probablemente, no sea el último anillo de LeBron, probablemente veamos como OKC y Miami protagonizan más luchas por el título, y en alguna de ellas, probablemente James, Wade y compañía pierdan contra Durant y los suyos, o probablemente no. Lo que está claro es que "King" James, por fin es "king". Ha tardado nueve temporadas, con 28 años y en plena madurez deportiva, la misma con la que Michael Jordan ganó el primero de sus 6 anillos. Cierto, LeBron no es Jordan ni nunca lo será, cada jugaror es como es, quien sabe si de aquí unos años, cuando James se retire hablemos del mejor jugador de la historia de la NBA, de sus X anillos, de sus X MVPs, ... LeBron ya ha conseguido instalarse en la élite de los más grandes del universo baloncestístico, también de la historia de este deporte, y lo más seguro, es que a partir de ahora veamos un nuevo LeBron, despojado de toda presión sobre sus hombros y con la seguridad de los que saben que lo están haciendo bien y van en el camino correcto. Ahora sólo disfrutemos de este monstruo de la naturaleza, sentémonos a disfrutar de un jugador único que está marcando una época. 

vint-i-tres

PD: si alguien se pregunta por mi obsesión por el 23, espero que después de este artículo esté todo un poco más claro...

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